El uso de GNC en el sector del transporte de pasajeros comenzó a mediados de la década de 1990 en Francia con autobuses, luego con vehículos de recolección de residuos. Las autoridades locales adoptaron gradualmente el GNC, un combustible de bajas emisiones, para las flotas de autobuses públicos y luego para los vehículos de recolección de residuos.

Más recientemente, el sector del transporte de mercancías se ha pasado al GNC para reducir sus emisiones contaminantes. La mayoría de los grandes supermercados están comprometidos con la RSC y utilizan vehículos de GNC.

La normativa ahora obliga a las autoridades locales a renovar parte de su flota con los llamados vehículos de bajas emisiones y los vehiculos de GNC se consideran vehículos de bajas emisiones en toda Francia.

Uno de cada cuatro autobuses y uno de cada cinco contenedores de basura vendidos en Francia funcionan con GNC. Además de la drástica reducción de la contaminación local, el uso de GNV reduce a la mitad el ruido de los vehículos y permite certificar las entregas de Certibruit, y contribuye a mejorar las condiciones laborales de los conductores gracias a vehículos más silenciosos e inodoros.

La elección de los vehículos de gas natural, que también atañe a los servicios de mensajería y de edificación y obra pública, permite realizar entregas en todos los centros de las ciudades. La cuota de mercado de los camiones a GNC se ha cuadriplicado en tres años.

El precio del Gas Natural Comprimido se ha mantenido tradicionalmente en Francia por debajo del precio de los carburantes tradicionales lo que supone, además del beneficio ecológico, un beneficio económico