Los Países Bajos están decididos a desempeñar un papel eficaz y constructivo en la construcción de una economía mundial del hidrógeno y ya están a la vanguardia de las iniciativas europeas para llevar más lejos la revolución del hidrógeno, aprovechando varios puntos fuertes, entre ellos su situación estratégica como puerta de entrada al noroeste de Europa y centro neurálgico del comercio mundial de petróleo y gas. El Mar del Norte ofrece una oportunidad única para la producción a gran escala de electricidad eólica y solar a un coste competitivo. El país también alberga un rico ecosistema de institutos de investigación y socios industriales que son extraordinariamente eficaces a la hora de convertir ideas y conceptos en soluciones viables e integradas.

Así, el Gobierno holandés anunció en 2022 que invertirá 750 millones de euros (789 millones de dólares) hasta 2031 para desarrollar una red nacional de transporte de hidrógeno. En una carta al Parlamento, el ministro de Energía, Rob Jetten, afirmó que el Gobierno encargaría a Gasunie, el operador de la red de gas del país, la gestión y explotación de la red, parte de la cual deberá estar terminada en 2026.

El Gobierno holandés ha adoptado una estrategia del hidrógeno para impulsar la producción y el uso de hidrógeno bajo en carbono. El Programa Nacional del Hidrógeno (Nationaal Waterstof Programma) apoya las aplicaciones del hidrógeno en diversos sectores. Ayuda a alcanzar objetivos y acuerdos en la industria del hidrógeno, una de las muchas iniciativas que impulsan un futuro verde del hidrógeno.

Todos éstos factores hacen que el precio del hidrógeno en Holanda sea muy competitivo siendo el precio medio del hidrógeno en Holanda de entre 9,50 y 11,50 euros por kilogramo