En 2001, China puso en marcha un programa de combustible de etanol para consumir granos envejecidos que ya no son aptos para su uso como alimento. El programa se limitó a seis provincias y a algunas ciudades de otras cuatro para no poner en peligro el suministro de alimentos a la población china de 1.300 millones de personas. Se estima que China produjo unos 52.000 barriles diarios (b/d) de E10, una mezcla de gasolina con una concentración del 10% de etanol, en 2017. Esta mezcla se derivó en gran medida del grano, ya que la tecnología de etanol no basada en el grano sigue sin probarse comercialmente, incluso con el apoyo de los subsidios del gobierno.

Dada la preocupación de China por la seguridad alimentaria, el etanol (que proviene principalmente del grano) nunca se ha considerado un objetivo estratégico de combustible para el gobierno. Eso cambió en septiembre de 2017, cuando el gobierno chino anunció una legislación que proponía el uso de etanol en el combustible para toda China en 2020. Esta medida se percibe como una garantía del gobierno de que cumplirá el Acuerdo de París para reducir el consumo de combustibles fósiles y aliviar el calentamiento global. Pero también mejora la seguridad energética al reducir la dependencia del país de las importaciones de petróleo. En un plano más práctico, la iniciativa promete reducir el enorme inventario de maíz que se ha ido acumulando durante años, resultado de las subvenciones agrícolas del gobierno.

Con un mínimo del 10% de mezcla de etanol en la gasolina, para lo que se espera una demanda de 3,4 millones de barriles diarios (MMb/d), China necesitaría abastecerse de 15 millones de toneladas de etanol al año. Este volumen aumentará año tras año hasta mediados de la década de 2030, cuando se espera que la demanda de gasolina alcance su punto máximo. Actualmente, China impone importantes aranceles del 30% a las importaciones de etanol, tanto desnaturalizado (sobre todo para combustible) como natural, para inhibir las importaciones. Es probable que esta política se mantenga.

Esto deja a las fuentes nacionales como la solución más probable para el enorme déficit de suministro. Sin embargo, es poco probable que China fomente el desarrollo de capacidades de etanol basadas en combustibles fósiles, como el gas de síntesis, el gas de coque o el etanol basado en el carbón, o incluso el etanol basado en el gas natural, debido a su importante huella de carbono y medioambiental.

Sin embargo es esta carencia de suministro la que evita la comercialización del etanol e85 en China y por la que se explica la inexistencia de gasolineras que ofrezcan este producto