Una fregadora industrial con glp autogas tiene un precio inferior al de sus equivalentes eléctricos o diésel

Si en el caso de las máquinas eléctricas hace falta una sala de recarga con su correspondiente equipo eléctrico (más básico o complejo dependiendo del número de máquinas que se dispongan), en el caso del GLP Autogas el sistema de recarga es aportado por el suministrador bien sea en modo depósito surtidor o bien en el caso de bombonas

El cambio de bombona o el rellenado desde el suministrador se realiza en cuestión de pocos minutos, al contrario que en las carretillas eléctricas cuya recarga dura horas o el caso de cambio de baterías para el que suelen ser necesarios elementos auxiliares como grúas.

La sencillez de recarga lleva a una utilización total y continua de las máquinas, siendo en el caso de las eléctricas necesario un paro para la recarga no menor a 8 horas cada día..

Si en el caso de las eléctricas hemos de estimar una vida de la batería de unos 5-7 años, tras lo cual habríamos de comprar otra batería por no menos de 6000 euros, en el caso de las máquinas de GLP Autogas esta limitación no existe

Los humos de las fregadoras diésel son reconocidamente perjudiciales para la salud. Realice la prueba de colocar un folio blanco en el tubo de escape: Si es diésel aparecerán manchas. Si es GLP quedará blanco. Tampoco hay que obviar la disminución de emisiones de ruido con respecto a las máquinas diésel dado que se igualan a las máquinas eléctricas

Al contrario que en los vehículos de carretera, las fregadoras industriales de GLP Autogas funcionan sólo con GLP Autogas. La razón es clara, si en carretera el número de surtidores GLP es menor que el de gasolina (y pocos serían los usuarios que se decantarían por un vehículo "solo GLP" por ésta razón), en el caso de una carretilla el suministro es continuo de GLP sin necesidad de otro.