Buscando alternativas aparte de los autobuses eléctricos, los municipios de la isla francesa de Ile de Ré encontraron la solución a sus necesidades literalmente a la vuelta de la esquina. Por lo tanto, los autobuses de Scania se alimentan ahora de etanol procedente de los residuos de vino de los productores locales.

Cuando se abrió al tráfico el espectacular puente de 3,2 kilómetros que une La Rochelle con Ile de Ré en 1988, la vida en esta histórica isla de la costa oeste de Francia sufrió un cambio radical. Turistas de cerca y de lejos han acudido en masa a Ile de Ré, abarrotando las estrechas carreteras y haciendo que la población de 18.000 habitantes durante todo el año se eleve a 135.000 en temporada alta.

Enfrentada a una situación insostenible, con tres millones de automóviles que cruzan el puente cada año, la isla se ha embarcado en un programa de gran alcance para establecerse como una zona de bajo carbono. La financiación para la energía y el transporte limpios, así como para mantener los humedales, proteger los ecosistemas y restaurar las dunas, se proporciona a través del "ecoimpuesto", que se lleva la mitad de los 14 millones de euros anuales de los ingresos del peaje del puente de la isla: los automovilistas pagan 58 euros en invierno y el doble en verano para cruzar el puente.

"Queremos animar a los visitantes a venir en autobús y a recorrer nuestra isla en bicicleta", explica Lionel Quillet, Presidente de la Federación de Municipios de Ile de Ré. "Y el objetivo claro desde el principio ha sido que nuestro transporte público sea lo más limpio posible."

Buscando alternativas aparte de los autobuses eléctricos, los municipios encontraron la solución a sus necesidades literalmente a la vuelta de la esquina. Esto se debe a que el servicio regular de dos horas de autobús entre La Rochelle y el punto más occidental de Ile de Ré está siendo conducido ahora por autobuses Scania Interlink impulsados por etanol producido a partir de residuos de uva de la producción de vino local.

"Este servicio es el resultado de una fuerte voluntad de la región de Nouvelle-Aquitaine de adoptar una movilidad sostenible, que se ha desarrollado localmente con Scania, el productor de etanol Raisinor y Transdev", dice Thierry Mallet, Presidente y Director General de Transdev, la empresa que opera el servicio de autobuses. "Ahora tenemos una forma más sostenible de desplazarse y como las bicicletas son una prioridad aquí en Ile de Ré, tenemos una muy buena combinación entre los autocares y las bicicletas".

Y con 121 kilómetros de carriles para bicicletas, los municipios están animando a los turistas a pedalear. Preferentemente, les gustaría que los visitantes dejaran sus coches en el continente o dejaran sus coches aparcados en la isla, y el Interlink de Scania tiene un amplio espacio de equipaje para llevar también las bicicletas. "La idea es que cuando la gente llegue para ir en bicicleta a explorar la isla", explica Quillet. "No debería haber ningún incentivo para viajar en coche".

En términos generales, el interés por el etanol disminuyó en los primeros años del siglo XXI a medida que se disponía de otros combustibles renovables como el biodiésel y el biogás. Pero Scania mantuvo su desarrollo. "Gracias a Stockholm Transport, continuamos trabajando con el etanol a lo largo de los años", señala Iverfeldt. De hecho, Scania lanzó recientemente su quinta generación propulsada por etanol con el motor de 410 CV y se está desarrollando un motor de 280 CV. Con el motor de etanol de Scania se puede obtener el mismo efecto del motor y el mismo consumo de energía que en los motores diesel.

• Potencia: 280 CV
• Carburante: Diesel + Etanol
• Sistema Start-Stop
• Scania Bioethanol
• 8999 cm3
• Garantía 2 años
• Longitud: 13,02 metros
• 59 plazas
• Consumo Mixto WLTP Gasolina: -,-- l/100 km
• Consumo Mixto WLTP E85: -,-- l/100 km
• Precio: Desde 260 000 € (sin impuestos)